Visitas: +34 656 319 400

concha de marLa vida a veces se disfraza de algo que en principio es desagradable, o no te gusta, o no controlas, para luego hacerte un regalo de incalculable valor.

Recordar que en el dialogo anterior, os explicaba que me había quedado afónica, al principio tuve que cambiar todas mis consultas, sin embargo pensaba, bueno puedo escribir, a los 3 días aún con la afonía me cogió conjuntivitis, ya empecé a tenerlo más complicado, porque no podía ver bien, la voz me había vuelto, sin embargo no veía, seguía aparcando todo lo profesional y todas las cosas personales y sociales que tenía, y pensé bueno que le voy hacer, pues no acabo aquí la cosa, de repente tengo! sigo teniendo  sordera temporal por el súper catarro, y aquí ya me dije pero bueno esto que es, ciertamente no tenía todo al mismo tiempo, se me curaba algo y me quedaba sin el otro sentido, he ido experimentándolos  uno por uno. Estaba yo muy quejica y un amigo me dijo «Descansar, parar, no hacer, sentir, aceptar, respirar, invitaciones envueltas en enfermdad disfruta de la fiesta , como veis es un médico del alma.  En ese momento acepte, entendí sin embargo el cambio vino después.

Yo hacia todo lo que los médicos y especialistas me iban indicando, además de todos los remedios naturales a mi alcance, códigos sanación, acupuntura, hasta recorde que era maestra de reiki y empece hacerme sesiones.  Estaba muy preocupada, mis sesiones estaban pendientes, siguen paradas, mis clientes amorosos y con infinita paciencia, igual que mis estudiantes, todos debemos estar aprendiendo y compartiendo la experiencia.  En esta última etapa, no poder oir, estar mareada, insegura en una ciudad donde no oia ni los ruidos de los coches,  ni cuando me hablaban, decidí que tenía que aceptar lo que me pasaba y vivir la experiencia, estar atenta al entorno y en silencio

Pude interiorizar en el momento que libere toda la responsabilidad y hasta culpabilidad, de no poder atender a mis consultas, me importan y mucho las personas con las que trato. Y empecé hablar con mi cuerpo a ver qué estaba pasando,  de repente me vino la inspiración totalmente personal y que espero que os resuene también alguno de vosotros. ese interior, esa parte de mi espíritu o alma interior quería ser atendida y escuchada y no le quedo otro remedio que pararme en todos los sentidos para hacer acto de presencia.

Mi experiencia física todavía no resuelta espero que en breve renazca como la primavera, mi experiencia interior comprendida totalmente y por supuesto a partir de ahora tendré “ese tiempo, ese espacio” para poder estar en mí. Porque luego estoy mucho más serena, amorosa y  comprensiva con los demás.

Todo esto me ha hecho pensar, que cuando decimos “no tenemos tiempo” para aquello que nos gusta, para reunirnos, charlar, meditar, pasear, escribir, pintar, bailar, aunque sea en nuestras casas,  estar en silencio y todo ello un poquito diariamente, no dejándolo para el fin de semana, las vacaciones, etc., Es porque distribuimos el tiempo de manera no grata, no saludable, estamos tan robotizados, que trabajamos, compramos, vamos de un lugar a otro como marionetas, con personas que a veces ni siquiera son adecuadas, ni mejores ni peores simplemente no son, Y  ni os cuento con las redes, los móviles, (yo soy una foroba de ellas) la televisión, os habéis fijado que la mayoria de las películas bajan la vibración? Y  realmente ya no queda tiempo para nada, lo peor es el agotamiento, la insatisfacción, y cada día como un hamster en una rueda, volvemos a empezar. Si nos  «damos cuenta” que podemos dejar un montón de cosas aparcadas, al menos unos minutos al día para poder reencontrarnos, para pasear sin prisa, para ver brillar el sol, para una comida sin móviles, para volver hablar y a vernos con los amigos, o estar solos, hay que salir de lo social por normativo, a veces es más saludable comer un bocadillo al sol, que una gran comida encerrado, estar con la familia el tiempo que sea pero hablando, riendo, olvidando el móvil. Mientras escribo  recuerdo ahora mismo, que en mi casa mi padre ya decía, callaros que estoy viendo las noticias, era sólo un ratito, sólo había television, imaginaros ahora con las redes, móviles y demás que nos pasamos horas y horas.

Aquí os dejo la reflexión, ojala no tengáis que pasar por la falta de  todos los sentidos, (  cuanto agradezco cada noche el tenerlos y que antes ni era tan consciente)n, para tomaros más en serio a nosotros  mismos y escuchar esa voz interior, si todavía no la has oido, es bella, musical, paciente, reconfortante, en fin es imposible ya de olvidar y de no querer reecontrarte diariamente con ella

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *